Confusión

Suena el teléfono y nos hablan de un muchacho descontrolado al que apenas pueden/quieren/saben cuidar.  Se llama Oney, tiene 3 años y has de andar con mil ojos porque corre a todos lados y no escucha...quizá empiecen a medicarlo...
Todo nos suena como si la situación familiar la hubiera provocado él. Como si hubiera decidido encerrarse y llenarse de miedos que le hacían no saber qué hacer cuando era "libre". Como si hubiera decidido escuchar a sus adultos con un tono de voz elevado, como si hubiera querido gritarse a sí mismo...

Hemos dicho que sí,  que le esperamos.
Ya estamos pensando en cómo quitarle todas las etiquetas que trae pegadas a su vida.

Contagiando

Este tiempo de espera lo estamos dedicando, entre otras muchas cosas, a contar al mundo lo que hacemos.

Vamos a donde nos hacen hueco y contamos la realidad de los menores en desamparo (que existen y están aquí), de su estar, su sentir, sus miedos y sus sonrisas e intentamos trasmitirlo con el mismo entusiasmo con el que les abrimos nuestra casa. 

Familias deseadas

Hace algún tiempo, cuando empezábamos en esta aventura del acogimiento, pensé en escribir este blog para compartir nuestra experiencia con quien quisiera leernos.

Hace unos días recibí una invitación para participar en el I certamen de blogs "Familias deseadas" y aquí estamos para difundir otro modelo de familia, tan deseada y tan diferente como todas las que participan.

Gracias por la iniciativa, por la invitación y por acercarnos a esas otras familias formadas "de otra manera".

Las noticias

Todos los días las noticias nos recuerdan cómo desprotegemos a nuestros niños, cómo les dañamos, cómo los despreciamos. Siempre hay niños susceptibles de ser acogidos para tener la oportunidad de saber que hay otra forma de crecer y de querer.

Un bebé abandonado a las pocas horas de nacer en un hospital...la madre se marchó de la habitación donde estaba ingresada ...
Una niña de tres años encontrada caminando sola por la calle a las 6 de la mañana...porque sus padres salieron de fiesta ...
Un niño de ocho años, consciente de que su familia le ha abandonado, expresa su deseo de tener una familia que lo cuide ...
Dos mil menores son atendidos cada año como víctimas directas o indirectas de la violencia en sus hogares...sólo en Aragón ...

Qué mundo estamos creando? Qué les enseñamos a nuestros niños?
Cómo queremos adolescentes responsables, justos y confiados si los dañamos desde la raíz?

En nosotros está el cambio y en ellos el futuro.

Vivir la solidaridad en zapatillas

Me encanta cómo describen lo que hacemos en este spot:

"Acoger a un menor significa ayudarle a entender su pasado, a vivir el presente y mirar sin miedo a su futuro".

...es vivir la solidaridad en zapatillas.

Reacciones...

Me sigue sorprendiendo que algunas personas que yo pensaba que, por conocedoras del recurso en vivo, estaban sensibilizadas con el acogimiento familiar me sigan preguntando por qué no nos hemos quedado con Elliot. Personas que entendían y sabían que su futuro no estaba en nuestra casa; personas de las que acabas alejándote porque dificultan tu proceso de despedida y se recrean en buscar mil y una razones para que sepas cómo lo hubieran hecho ellos.

Me duele por un lado la gente que se permite puntualizarte las cosas que podrías haber hecho para evitar que se fuera y por otro los que te aconsejan que dejes de acoger porque total "los niños siguen sufriendo igual". 
Hemos decidido no explicarles ni discutirles nada, creemos que ya tienen la respuesta a sus propias preguntas y nada de lo que les digamos les va a servir.

Lo malo de todo esto es que suele ser gente que hace mucho ruido y ese ruido confunde a quien no conoce lo que es acoger; lo bueno es que dejan al descubierto el tipo de personas que son, y eso te permite elegir hacerte a un lado para que no se lleven tu energía.

Lecturas

Aprovecho el tiempo en terminar lecturas empezadas y en empezar otras nuevas.
Me sumerjo en  La vida después, y en las pausas me empapo de apego y vínculos afectivos seguros, de resiliencia, de parentalidad positiva, de límites, de autoestima, de refuerzos positivos y negativos, de niñez y adolescencia, de comunicación...

Porque vamos a ser padres de nuevo y quiero que nos pille preparados.

Un nuevo camino

Hace unos días, en un encuentro de familias de acogida, me encontré con una niña a la que conocí cuando tenía dos años. En aquel momento estaba con otra familia de acogida durante el tiempo que estimaron que su familia necesitó para que ella volviera.
Durante un tiempo con mucho esfuerzo y muchos apoyos, la niña estuvo allí; pero la situación cambió de nuevo y fue necesario que ella volviera a salir de su casa.

Ahora tiene ocho años y lleva unos catorce meses con esta nueva familia con la que se quedará, casi con toda seguridad, hasta su mayoría de edad. Sigue teniendo contacto con su familia de origen y, tanto ella como ellos, saben que la convivencia no es posible.

Tiene ocho años y una sonrisa calmada como cuando tenía dos. Y ha sabido crecer y adaptarse para vivir en este nuevo camino.

En espera

Durante este tiempo mezcla de espera, recuperación y preparación, busco cosas que me ayuden a calmar esa inquietud mía por ayudar.
Me inclinaba por algún tipo de voluntariado en los centros de menores, como cuando era estudiante; pero las cosas dejaron de ser sencillas en ese sentido.

Así que  dedico tiempo a leer sobre resiliencia, sobre el apego, sobre las consecuencias de la institucionalización en edades tempranas, sobre modelos parentales...y sigo buscando un espacio en el que poder aportar mi granito de arena para cambiar el mundo que me rodea.

Formación profesional

Vuelvo de nuevo al instituto a contar qué es esto del acogimiento. Vamos 3 familias y nos encuentramos con un grupo de estudiantes que quieren saberlo todo: quién decide cuánto tiempo se quedan?, a dónde van cuando se marchan?, pueden quedarse con vosotros?, y si no quieren marcharse?, por qué no van directamente a adopción?, por qué se intenta que vuelvan con una familia que no supo cuidarlos?, y si luego creen que les estáis abandonando?...

Y vamos respondiendo poniendo la teoría y el corazón en ello. Y en un momento dado, cuando llegamos al tema de la despedida, de la preparación para la salida y de cómo lo vivimos las familias, me quedo sin respuestas.
Entonces me doy cuenta de que mi duelo no ha terminado.

Nuevos propósitos

Empieza un nuevo año y con él llegan los nuevos propósitos:

1. En nuestras cabezas está el abrir de nuevo las puertas de nuestra casa a otro niño, a otra niña; pero al ritmo de Thai. Queremos esperar un poco, no precipitarnos, que procese esta última despedida que le ha sido tan complicada.

2. También queremos planear alguna actividad para hacer juntos durante el tiempo que seamos tres: excursiones, algún deporte, ir más al cine...algunas de esas cosas que se convierten en misión imposible cuando un peque corretea a nuestro alrededor.

3. Apuntamos de nuevo lo de comer mejor, cuidarnos y aprender inglés... por si nos diera tiempo.

Foto

La navidad llega de repente y montamos el árbol en tiempo record. Son días extraños, pero los disfrutamos en familia con alegría, nostalgia y turrón.

Y un día nos llega un mensaje de tranquilidad y una foto con una sonrisa!
Tu familia nos escribe para contarnos tus primeros días con ellos: algunas noches inquieto, algunos momentos de añoranza, mucho juego y mucho probar lo que se puede hacer y lo que no. Pero ya has hecho tuyo el espacio y te vas acomodando a las rutinas nuevas.

Tu ojos brillan y tu sonrisa nos conquista de nuevo.

La paz gana puntos en nuestro interior.

Recomponerse

Pasan los días e intentamos encontrar un punto que nos llene de normalidad. A veces lo conseguimos y otras nos damos cuenta de que rellenamos momentos con banalidades para no escuchar el silencio.

Y en estos días me enfado y vuelvo a dudar de lo que significamos las familias de acogida para la administración, los técnicos de seguimiento y todo ese engranaje burocrático que nos tiene metidos en una carpeta. Me enfado porque desde que Elliot no está, hemos desaparecido para ellos, no existimos o al menos somos invisibles: Ni una visita ni una llamada para saber si Thai (por lo menos Thai!!) está viviendo un duelo sano. Acaso suponen que este trance es tan sencillo como cambiar un expediente de archivador?

Nosotros no "derivamos casos", no "cerramos expedientes", ni nos guiamos por la fecha de una resolución; nosotros acompañamos a los menores el tiempo que lo necesitan, y los queremos y los cuidamos y los hacemos formar parte de lo que somos.

Y nos preocupamos por ellos, incluso cuando ya se han ido.

Thai

Hace 5 días que te has ido y Thai no ha parado de llorar. Y duerme en tu cama esta semana, porque dijo que necesitaba una semana para no dejar que tus sábanas se enfriaran del todo.
Apenas ha salido de casa, pero por fin esta mañana ya ha querido volver a clase.
Sabe que este paso es bueno y necesario para ti, pero ahora lo racional no le sirve para nada; y es que no por entender las cosas, estas duelen menos.

Y nosotros vamos recogiendo, borrando poco a poco las huellas de tu presencia para dejar espacio a tu recuerdo.

Y lloramos juntos tu ausencia y miro tus fotos una y otra vez; y me río con lágrimas en los ojos evocando los momentos reflejados en ellas.

Todo nuestro día a día tiene que recomponerse. Tenemos que crear otro ritmo sin ti, diferente al que teníamos antes de que tú llegaras. Tenemos que inventarlo y vivirlo.

Y en las noches me oigo entre sueños preguntarte cómo estás, Elliot?

La minifiesta

Estamos preparando tu fiesta de despedida. Habíamos pensado en un ratito compartido con la familia y algo de picar; pero nos hemos dado cuenta de que no sería justo que otras personas que llevan un pedacito de ti en su corazón no tuvieran la oportunidad de despedirse de ti.
Así que nos hemos embarcado en una fiesta con globos, bocatas, tartas, refrescos, picoteo, juegos y muchos amigos.
Cada uno hemos añadido a los que creemos que tienen que venir y de momento somos unos 25 ó 26 con la lista sin cerrar.

Cuánto amor te llevas y cuánto amor has repartido.

Cara a cara

El viernes conocimos a tu nueva familia. Creo que nos llevamos todos, ellos y nosotros, una buena primera impresión. Con los nervios del momento apenas prestamos atención a los nombres en las presentaciones y hubo un poco de lío y risas cuando nos tuvimos que "re-presentar".

Pero vimos con qué ojos te miraban, con qué deseo te esperaban y se aflojó la primera vuelta del nudo de la incertidumbre, la de saber que estarás en buenas manos.
Paseamos, jugamos y hablamos de ti.

Nos preparamos

Tenemos unas semanas para dejarte marchar.
Dedicamos estos días a organizar lo que te llevarás y lo que no. Hay varios juguetes imprescindibles para ti y unas zapatillas que te encantan, que no te las quitarías ni en la bañera... y el pijama de las ranas. Son cosas que creemos que te ayudarán a sentir que la casa nueva a la que vas también es tuya porque tus cosas te esperan allí. 
Y hablamos mucho de tu futuro y del nuestro. De tu nueva etapa y de la nuestra.
Y miramos a Thai, que te abraza más que nunca.

Llamada

Esta semana ha llegado la llamada para la que las familias de acogida debemos estar preparadas...la que nos dice que el acogimiento llega a su fin.
Y aunque lo sepas, aunque lo esperes, aunque lo tengas todo preparado...duele.

Pediatra

Vuelven los mocos limpios y las toses suaves, y adelantándonos a una posible crisis, vamos al pediatra para que nos ayude a preparar el botiquín del invierno.

Tu pediatra se sorprende cada vez más de cómo creces, de lo que comes, de lo que hablas y sobretodo de lo que te mueves. Cada vez te recuperas más rápido y mejor, cada vez es más fácil identificar en qué fase te encuentras, cada vez tardas más en ponerte malito.

Ya estás preparado para salir al mundo.

Halloween

No subimos al ritmo de Thai y celebramos halloween como si tal cosa. Nos sorprendió la propuesta de organizar una merienda de halloween, pero al fin y al cabo era una buena razón para quedar con sus amigos, pasar la tarde y reírse un rato.
Esperábamos a los amigos de siempre, pero en su lugar vinieron zombis, esqueletos y vampiros y vampiresas...Tú encantado de tu "ropa de huesos" y Thai de su "sangre que parece real".
Se fueron a pedir chuches y, aunque te enfadaste un poco porque te dejaron aquí, se te pasó cuando viste las monedas de chocolate.

Me encanta cuando la casa se llena de risas.

Enfadado

Te has enfadado con tu mamá. No llego a entender qué ha pasado, ni tú me lo puedes explicar.
Sólo sé que estas noches no has querido darle el besito a su foto antes de irte a dormir, que un día le diste la vuelta y otro la escondiste.

La echas de menos?