Nuestr@s niñ@s

jueves, 29 de agosto de 2013

Bailando bajo la lluvia

Ayer a mediodía llovió como si no fuera a llover nunca más. Llovió con rabia.
Lo bueno fue que cuando la nube se marchó dejó una buena colección de grandes charcos para esquivar y otros más pequeños en los que saltar.

Por la tarde también llovió, pero más amablemente. Pudimos salir y pasear bajo los soportales 5 minutos.Y entonces me acordé de que mi abuela me contó algo que le gustó en uno de sus viajes, que los niños en África bailan bajo la lluvia. Y dejé a los míos bailar, y bailé con ellos dejando que la lluvia nos refrescara.

jueves, 22 de agosto de 2013

La piscina

Hay que ver cuánto vas a echar de menos la piscina.

Ahora que te encanta saltar desde el bordillo a la de una... dó y té;
ahora que los manguitos te ayudan a pensar que vuelas en el agua;
ahora que Thai deja que le empujes como si tuvieras superfuerza;
ahora que sabes colocarte la toalla en el sol para que te seque un poquito antes de seguir jugando;
ahora que metes la cabeza para hacer burbujas y pedorretas;
ahora que llamas a Thai para que te tire la pelota y tirársela tú después;
ahora que el agua ya no está tan calentita, pero te da igual.

Elliot, ha sido un gran verano.

jueves, 15 de agosto de 2013

Vuelta a casa

Volvimos hace un par de días y todavía no podemos cambiar los ritmos y las ganas de seguir "de verano".
Volvemos y el paso a la cama ha sido más fácil de lo que podíamos imaginar, pero los pañales... De momento seguirán con nosotros, porque no te vemos preparado. Como decían de Thai en su momento, ir sin pañal no es una cosa que te preocupe, que quieras o que te interese. Te interesa jugar con el orinal; llevarlo de un sitio a otro y llenarlo de cosas que normalmente no contiene un pañal.

Volvemos y el horario de mi trabajo me parece excesivo, y lo vivo como si me robaran el tiempo de estar con vosotros.


jueves, 8 de agosto de 2013

De madre a madre

El verano es un momento en el que puedo sentarme con un boli y un papel y escribir a los de lejos. Sin prisas, sin internet, con lo que supone la espera de la respuesta, ordenando las ideas, como antes... A lo mejor por eso tengo en la mente algunas cartas que nunca enviaré.

Escribiría a la mamá de Moon, para decirle que fue muy valiente al ofrecer a su hija una oportunidad de llevar una vida feliz. Que no puedo ni imaginar lo duro que tuvo que ser dejarla y marcharse sabiendo que no podría volver a verla. Le hablaría de sus ganas de aprender, de su sonrisa y de que ya sabe escribir cosas preciosas, como su nombre.

Escribiría a la mamá de Elliot y le diría que busque la forma de hacer un gran cambio en su vida, un cambio que permita que Elliot pueda volver a su lado; y que lo haga rápido, porque los de la oficina empiezan a pensar en otras opciones en las que ella no tiene cabida. Le hablaría de sus ojos brillantes por la mañana al despertar; y de los besos sonoros que reparte por cualquier motivo.

Escribiría a mis padres para preguntarles lo que pasó y en qué momento empecé a creer que valía la pena lo que hacía, porque hace muy poco que me lo creo de verdad.

jueves, 1 de agosto de 2013

Tus pies

Tus pies han vuelto a crecer esta semana. Hemos pasado de zapatos a los que si se les insiste, acaban entrando a zapatos que no entran; de sandalias que van un poco justitas a sandalias que te dejan los dedos colgando.

Mañana sin falta renovaremos el calzado; aunque la mayor parte del tiempo te lo pasas descalzo.